Los embutidos, refrescos, alimentos azucarados y el sedentarismo generan la obesidad considerada ya como una epidemia...
El mundo moderno trae consigo una serie de problemas que deben ser afrontados de inmediato para impedir que se propaguen.
Uno de ellos es la obesidad infantil que aqueja, principalmente, a los países más desarrollados.
Según el último estudio sobre “Alimentación, Consumo y Salud”, efectuado por la fundación La Caixa de España, la difícil situación ha llegado a sus linderos.
Recuerda que, según estadísticas mundiales, el treinta por ciento de los niños son obesos en Estados Unidos, enseguida está Inglaterra y luego España, con el quince por ciento.
El informe establece que los pequeños obesos entre doce y quince años desarrollan factores de riesgo que apuntan a una muerte prematura.
Advierte que los hábitos alimenticios inadecuados crean enfermedades degenerativas al extremo de provocar que los hijos vivan menos que sus padres.
Los expertos señalan que los niños que pesaron menos de tres kilos quinientos gramos al nacer o recibieron lactancia materna los tres primeros meses de vida, presentan menores tasas de obesidad.
Igual ocurre con los infantes que consumen verduras y frutas.
En cambio, son candidatos a obesos los sedentarios. Aquellos que dedican mucho tiempo a ver televisión, juegan en los ordenadores y consumen excesivos productos azucarados, embutidos y refrescos.
Lo malo es que la gordura genera simultáneamente otras patologías asociadas a la nutrición como la anorexia, la bulimia y la ortorexia.
Debe tenerse en cuenta que la combinación fatal de mala alimentación y el sedentarismo es causa de adiposis a toda edad.
Igualmente que una prominente barriga jamás es sinónimo de salud, sobre todo para los adultos pues, en la actualidad, la obesidad es considerada como una epidemia.
Comer lo suficiente, con moderación, eliminando las grasas y la comida chatarra, así como beber mucha agua es la solución.
No hay que olvidar que, según Hipócrates, el “Padre de la Medicina” el alimento es nuestra mejor medicina…
Uno de ellos es la obesidad infantil que aqueja, principalmente, a los países más desarrollados.
Según el último estudio sobre “Alimentación, Consumo y Salud”, efectuado por la fundación La Caixa de España, la difícil situación ha llegado a sus linderos.
Recuerda que, según estadísticas mundiales, el treinta por ciento de los niños son obesos en Estados Unidos, enseguida está Inglaterra y luego España, con el quince por ciento.
El informe establece que los pequeños obesos entre doce y quince años desarrollan factores de riesgo que apuntan a una muerte prematura.
Advierte que los hábitos alimenticios inadecuados crean enfermedades degenerativas al extremo de provocar que los hijos vivan menos que sus padres.
Los expertos señalan que los niños que pesaron menos de tres kilos quinientos gramos al nacer o recibieron lactancia materna los tres primeros meses de vida, presentan menores tasas de obesidad.
Igual ocurre con los infantes que consumen verduras y frutas.
En cambio, son candidatos a obesos los sedentarios. Aquellos que dedican mucho tiempo a ver televisión, juegan en los ordenadores y consumen excesivos productos azucarados, embutidos y refrescos.
Lo malo es que la gordura genera simultáneamente otras patologías asociadas a la nutrición como la anorexia, la bulimia y la ortorexia.
Debe tenerse en cuenta que la combinación fatal de mala alimentación y el sedentarismo es causa de adiposis a toda edad.
Igualmente que una prominente barriga jamás es sinónimo de salud, sobre todo para los adultos pues, en la actualidad, la obesidad es considerada como una epidemia.
Comer lo suficiente, con moderación, eliminando las grasas y la comida chatarra, así como beber mucha agua es la solución.
No hay que olvidar que, según Hipócrates, el “Padre de la Medicina” el alimento es nuestra mejor medicina…
1 comentario:
La obesidad infantil se está convirtiendo en una epidemia mundial, las autoridades de salud están preocupados por las consecuencias de estos niños en el futuro, ya que van a padecer enfermedades causadas por la obesidad. En los colegios se deben empezar dar charlas a los padres sobre las consecuencias de la obesidad infantil como una forma de prevención, ya que este problema de la obesidad viene desde la casa.
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