sábado, 23 de febrero de 2008

DISCIPLINA ES LA BASE PARA TODO…


Disciplina y espíritu de grupo exigen a las anfitrionas de las próximas Olimpíadas de Beijing...


Faltando aún varios meses para las Olimpíadas de Beijing, el comité organizador se encuentra en la fase de selección de las anfitrionas para el trascendental evento.

Se trata de escoger a las chicas encargadas de portar las medallas que serán entregadas a los deportistas ganadores.

También a quienes estarán dedicadas a recepcionar a los mandatarios o altos representantes de las diferentes naciones que acudan al certamen.

Las azafatas chinas deben haber cursado estudios universitarios y ser de “apariencia normal y proporciones estándar”.

De las trescientas ochenta inscritas hasta el momento, serán escogidas sólo cuarenta quienes recibirán entrenamiento de protocolo y etiqueta.

Sin embargo, lo que más destaca entre los requisitos de las aspirantes es poseer un alto “sentido de disciplina y espíritu de equipo”.

Igualmente, se exige mujeres animadas y saludables, “con actitudes positivas hacia el trabajo y la vida”.

Claro. Es suficiente. Eso es lo único que se requiere en el competitivo mundo que vivimos.

La disciplina, el orden y el respeto es la clave del éxito de toda organización. Se complementa con la idea del hombre colaborador, unido, en grupo, pues individualmente no va a ninguna parte.

Viene luego la orientación positiva en torno al trabajo, razón de ser de nuestra existencia y la vida misma.

Habría que añadir la honradez, que es el sustento de la educación oriental y tendríamos los elementos fundamentales para conducirnos efectivamente dentro de la sociedad actual.

Para nada se menciona el comportamiento pusilánime, opacado y derrotista que, en ocasiones, constatamos en algunas oficinas públicas y hasta privadas. El comercio tampoco se libra.

Personas que van al centro de labores cargando los problemas del hogar, mirando el reloj, prestando más atención al celular que al cliente y atendiendo con el peor ánimo a quienes acuden por un servicio.

Sin embargo, no todo está perdido. Siempre hay oportunidad para cambiar. Superarse. Ser mejores. Esa actitud debe adoptarse hoy mismo.

Las pautas de la organización de las próximas olimpíadas, nos están dando la razón al recordarnos algo que ya sabemos, porque nada de lo que solicitan es nuevo. Menos imposible.

Disciplina, orden, sentido de grupo, dedicación y honestidad son los motores que deben impulsar al mundo si deseamos, de verdad, un futuro mejor para las nuevas generaciones…

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