martes, 25 de marzo de 2008

AQUEL INFALTABLE LÁPIZ LABIAL…

Creado exclusivamente para exaltar la belleza femenina, el lápiz labial tiene más de un siglo de vigencia...



Al decir los entendidos, no hay elemento que exalte más la belleza de una mujer que el lápiz de labios.

Su empleo se remonta a la edad Antigua, cuando en Mesopotamia el maquillaje consistía en joyas preciosas trituradas colocadas alrededor de la boca.

Según los datos históricos, Cleopatra se aplicaba pintura labial elaborada a base de hormigas y escarabajos de color rojo.

En 1860, la reina Victoria lo declaró símbolo de vulgaridad, propio de las clases bajas del espectáculo y las prostitutas.

Por su parte Sara Bernharr, una de las grandes actrices de la historia, lo reivindicó calificándolo como “Bolígrafo del amor”.

Estas referencias surgen a raíz de la exposición “Cien lápices del maquillador de estrellas René Dock”, abierta en las Galerías Lafayette de Berlín, Alemania.

La muestra exhibe varios lápices presentados en 1883 en la Exposición Universal de Ámsterdam, que se elaboraban con grasa de venado, envuelto en papiro de seda.

La colección presenta también ejemplares con diamantes incrustados que se complementan con un espejo y linterna integrados.

No cabe la menor duda que la barra labial constituye el elemento más importante dentro del proceso de maquillaje de una mujer.

Su uso sirve para resaltar la belleza del rostro femenino. Engrosar los labios, hacerlos brillar, tornarlos incitantes, subyugantes. Darles aquel toque particular, apropiado para amar…

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