martes, 6 de mayo de 2008

¿Y LA LUZ ÁMBAR DE LOS SEMÁFOROS...?


En Trujillo, los semáforos pasan de rojo a verde en forma súbita lo que sorprende a los peatones en plena pista. La luz ámbar no funciona. Esta deficiencia debe ser superada...

Aunque quienes van en auto o algunas autoridades piensen lo contrario, caminar por las calles y avenidas de Trujillo, es una arriesgada aventura.

Y si a ésto, se añade una grave deficiencia en el funcionamiento de los semáforos, la situación se torna dramática.

El caso se circunscribe, en forma específica, al juego de luces de los aparatos de todas las intersecciones de Trujillo.

Resulta que, cuando la luz verde está activada y debe cambiar a rojo, prende el foco intermedio ámbar, advirtiendo al conductor que debe detenerse.

Al contrario, en el instante que la linterna roja va a pasar a la verde. Ésta se enciende en forma súbita. Imprevista.

En ningún momento funciona el ámbar para que, quien camina por la calzada, tenga tiempo para cruzar o apresure el paso.

Y ahí viene la participación negativa de los choferes quienes, al ver la luminaria que les autoriza avanzar, arrancan, embistiendo prácticamente a los peatones que tuvieron la mala suerte de estar en media pista.

Si esto ocurre en el centro cívico, en las avenidas y calles de las urbanizaciones la situación es peor. Simplemente no tiene nombre.

Todos sabemos que los taxistas jamás respetan al ciudadano que camina. Con su reconocida mala educación, se enfrentan a la gente y hasta se burlan de ella.

En algunos casos llegan a decir que, si atropellan a alguien, paga el Soat. En una evidente muestra de inhumanidad y falta de conciencia social.

En este caso específico, ¿Por qué no se enciende la luz ámbar...?

Con un poco de tiempo y paciencia se constata fácilmente este error que origina el desbande vehicular y el peligro para los peatones.

En Japón, cuando el viandante cruza la pista, suena una música y el ámbar comienza a parpadear, antes de pasar a verde, en clara señal que se debe apresurar el paso.

Un ejemplo más. En Singapur, el foco ámbar está numerado para los peatones y comienza a contar desde treinta segundos, con números visibles, en sentido descendente para indicar que pronto cambiará.

En todos sitios, las personas que caminan tienen preservada su vida y tranquilidad. Las vías señaladas para ellas distan varios metros del lugar donde paran los automotores.

La luz ámbar existe y funciona en todas partes del mundo. Pero en Trujillo está únicamente de adorno. Conste que no hay nada que incorporar. Sólo basta con hacerla funcionar.

Es urgente activarla de inmediato en la totalidad de semáforos de la ciudad como garantía de seguridad para los peatones.

A quienes les corresponda actuar, va la siguiente pregunta: ¿Será demasiado el llamado que hace la ciudadanía...?

Si actúan con la premura que la necesidad exige. Muchas gracias, en nombre de todos...

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