viernes, 22 de agosto de 2008

CHINOS NO SABEN QUE SIGNIFICA RASGARSE LOS OJOS…

Esta es la foto de la polémica. Sin embargo, los chinos no se sienten ofendidos... (Efe)


En Perú, latinoamérica y otros países, el ademán de estirarse los ojos hacia los costados con el dedo índice de ambas manos, generalmente hace alusión a la raza oriental.

Por ejemplo, en nuestro medio existe el agregado de confundir a los chinos con los japoneses, por eso al ex presidente Alberto Fujimori algunos le siguen diciendo “El Chino”.

Lo cierto es que cada raza humana posee sus propios rasgos característicos que la diferencian de las otras.

Y los asiáticos poseen en los ojos el elemento que los identifica, por eso en otros lugares, se acostumbra hacer referencia a ellos rasgándose ese órgano con los dedos.

Todo lo expresado es el preámbulo para explicar la foto del equipo de baloncesto de España que perennizó a los jugadores jalándose los ojos.

La placa originó una polémica. Los influyentes diarios The Guardian y Los Ángeles Times, adelantaron que la pose iba a ser calificada de racista por los aficionados chinos.

Tres periodistas asiáticos pertenecientes a una agencia internacional manifestaron que el gesto “no se conoce en China” y que en todo caso, “no es ofensivo”.

“No existe referencia cultural de esa actitud”, expresó uno de ellos.

¿Qué hacen con las manos…?. ¿Qué significa eso…? Preguntó sorprendida la empleada Cuo Feng.

“Bueno, en principio, no me molesta. Si es una burla de algún tipo, a lo mejor sí. Pero si sólo es una broma, no”, explica comprendiendo el significado de la imagen.

“Yo sé que los españoles hacen el gesto “para hacerse los chinos”, porque he estudiado en España, pero la mayoría de la población china no lo sabe”, refiere Elena Cao, trabajadora de Beijing al ver la fotografía.

Los deportistas hispanos, por su parte, señalan que la vista es “un gesto cariñoso” y “un guiño” a los ciudadanos de Beijing.

En conclusión. No hay ningún caso de racismo del baloncesto peninsular y los chinos no se sienten ofendidos.

Resulta que la mayoría de ellos ignora por completo el significado de ese movimiento de los músculos de la cara.

La feliz ocurrencia nos trae a la memoria, a través del tiempo, los ya lejanos años estudiantiles cuando hacíamos lo mismo a los compañeros de clase de descendencia oriental.

En ocasiones parecían sorprendidos, enseguida nos corrían. Al final, todos terminábamos abrazados y sonriendo.

Tal como ocurre ahora. El abrazo fraterno lo lanzamos al viento. A través de la distancia, a nuestros lejanos hermanos del continente asiático…

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