Celular con señal de televisión en vivo, producido en Japón, contra el que no pudo competir el gigante Nokia...
Cuando un país cuenta con los recursos científicos y tecnológicos suficientes para crear y producir, está en plenas condiciones de hacer frente a la competencia que representan los artículos importados.
Esa es la conclusión que se extrae luego de la reciente experiencia comercial de Nokia, el mayor fabricante de celulares del mundo, en Japón.
Con un dominio del cuarenta por ciento de ventas en el globo, el famoso fabricante finlandés luchó, utilizando todos los recursos, por expandir su presencia en el territorio oriental.
Estimó inicialmente acaparar los dos dígitos de ese difícil mercado. Luego de varios años de intensa y millonaria campaña publicitaria, apenas logró llegar al 0.3 por ciento.
Nuestras “inversiones específicas en Japón no son sostenibles”, pronunció el vicepresidente de Nokia al periódico económico Nikkei, antes de anunciar el retiro sus aparatos de los escaparates de esa nación.
En el País del Sol Naciente tienen teléfonos móviles ciento nueve millones de habitantes, lo que representa el ochenticinco por ciento de la población.
Las más grandes compañías extranjeras, que venden en todo el mundo, cumplen los exigentes parámetros de importación y llegan entusiasmadas al archipiélago ofreciendo sus mejores productos.
No obstante, su éxito debe supeditarse a la singularidad del fabricante nipón que conoce los recursos para satisfacer las verdaderas aspiraciones y exigencias del mercado nacional.
Nokia tuvo que hacer frente a los terminales propios que funcionan con redes 3G e incluyen las características particulares para ser usados como televisión o monederos digitales.
Resulta que los celulares japoneses captan nítidamente la señal de las cadenas de televisión, permitiendo seleccionar y grabar lo que desean, en la tarjeta de memoria, para verlo posteriormente.
El pequeño dispositivo también puede ser utilizado como estándar de pago en el transporte, entretenimiento, transferencias bancarias y llaves de la casa.
Ante tal cantidad de beneficios, muchas empresas que llegan sustentadas por el libre comercio, terminan por replegar sus proyecciones al constatar sus limitaciones para competir.
No debemos olvidar que Japón es un país sumamente discreto en cuanto a sus magníficos logros científicos que, al final, resulta algo cotidiano.
Sin embargo, mantiene el mérito de ser pionero en desarrollo industrial, lo que le permite avanzar a pasos agigantados y marcar tendencias al resto del planeta.
Lo ocurrido con la transnacional Nokia en Japón, es una lección digna de ser tomada en cuenta por los países que quieren hacer negocios con ellos.
En conclusión, la tecnología constituye el más maravilloso e impresionante motor del mundo contemporáneo…
Esa es la conclusión que se extrae luego de la reciente experiencia comercial de Nokia, el mayor fabricante de celulares del mundo, en Japón.
Con un dominio del cuarenta por ciento de ventas en el globo, el famoso fabricante finlandés luchó, utilizando todos los recursos, por expandir su presencia en el territorio oriental.
Estimó inicialmente acaparar los dos dígitos de ese difícil mercado. Luego de varios años de intensa y millonaria campaña publicitaria, apenas logró llegar al 0.3 por ciento.
Nuestras “inversiones específicas en Japón no son sostenibles”, pronunció el vicepresidente de Nokia al periódico económico Nikkei, antes de anunciar el retiro sus aparatos de los escaparates de esa nación.
En el País del Sol Naciente tienen teléfonos móviles ciento nueve millones de habitantes, lo que representa el ochenticinco por ciento de la población.
Las más grandes compañías extranjeras, que venden en todo el mundo, cumplen los exigentes parámetros de importación y llegan entusiasmadas al archipiélago ofreciendo sus mejores productos.
No obstante, su éxito debe supeditarse a la singularidad del fabricante nipón que conoce los recursos para satisfacer las verdaderas aspiraciones y exigencias del mercado nacional.
Nokia tuvo que hacer frente a los terminales propios que funcionan con redes 3G e incluyen las características particulares para ser usados como televisión o monederos digitales.
Resulta que los celulares japoneses captan nítidamente la señal de las cadenas de televisión, permitiendo seleccionar y grabar lo que desean, en la tarjeta de memoria, para verlo posteriormente.
El pequeño dispositivo también puede ser utilizado como estándar de pago en el transporte, entretenimiento, transferencias bancarias y llaves de la casa.
Ante tal cantidad de beneficios, muchas empresas que llegan sustentadas por el libre comercio, terminan por replegar sus proyecciones al constatar sus limitaciones para competir.
No debemos olvidar que Japón es un país sumamente discreto en cuanto a sus magníficos logros científicos que, al final, resulta algo cotidiano.
Sin embargo, mantiene el mérito de ser pionero en desarrollo industrial, lo que le permite avanzar a pasos agigantados y marcar tendencias al resto del planeta.
Lo ocurrido con la transnacional Nokia en Japón, es una lección digna de ser tomada en cuenta por los países que quieren hacer negocios con ellos.
En conclusión, la tecnología constituye el más maravilloso e impresionante motor del mundo contemporáneo…
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