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Una lavadora y un televisor son trasladados sobre los hombros promoviendo las ventas en el centro de Milán... (Reuters)
Diciembre es el mes de las ventas en el mundo entero.
Desde hace mucho tiempo, se tomó la celebración de la Navidad, en esta época del año, como pretexto para comprar y hacer regalos.
Mientras a los niños se les obsequia el juguete preferido, las amas de casa hacen lo imposible para convencer al esposo y conseguir el artefacto anhelado.
Y quienes aprovechan al máximo la situación son los comerciantes que, por su parte, emplean todas las artimañas para profundizar la real o aparente necesidad.
La confirmación de lo expresado está en la imagen captada en el mismo centro de Milán, Italia, por Stéfano Rellandini, de la agencia Reuters, que muestra a dos sorprendentes personajes vestidos de blanco.
Ambos fueron enviados a las calles de la importante ciudad europea para promocionar la venta de electrodomésticos.
Quien va delante lleva una ficticia lavadora Bosch en la cabeza, al tamaño natural, semejando un supuesto lavado de cerebro
Pasos atrás, lo sigue un compañero con un televisor de pantalla plana marca Samsung.
Lo raro es que, a pesar de sus esfuerzos por llamar la atención, no logran inquietar siquiera al imperturbable parroquiano que camina a lado manipulando su teléfono móvil.
La trilogía es una representación de la realidad misma. Por una parte, los vendedores, ansiosos de incrementar ventas y ganar más.
En el otro, aquellos que prácticamente ha satisfecho sus aspiraciones. No requieren en absoluto, porque ya lo tienen todo.
Queda el sector más desfavorecido, conformado por un gran número de personas, que necesitando mucho, no puede adquirir nada, porque carecen de dinero.
Generalmente, alrededor de esos tres marcados segmentos económicos se desenvuelve la población mundial…
Desde hace mucho tiempo, se tomó la celebración de la Navidad, en esta época del año, como pretexto para comprar y hacer regalos.
Mientras a los niños se les obsequia el juguete preferido, las amas de casa hacen lo imposible para convencer al esposo y conseguir el artefacto anhelado.
Y quienes aprovechan al máximo la situación son los comerciantes que, por su parte, emplean todas las artimañas para profundizar la real o aparente necesidad.
La confirmación de lo expresado está en la imagen captada en el mismo centro de Milán, Italia, por Stéfano Rellandini, de la agencia Reuters, que muestra a dos sorprendentes personajes vestidos de blanco.
Ambos fueron enviados a las calles de la importante ciudad europea para promocionar la venta de electrodomésticos.
Quien va delante lleva una ficticia lavadora Bosch en la cabeza, al tamaño natural, semejando un supuesto lavado de cerebro
Pasos atrás, lo sigue un compañero con un televisor de pantalla plana marca Samsung.
Lo raro es que, a pesar de sus esfuerzos por llamar la atención, no logran inquietar siquiera al imperturbable parroquiano que camina a lado manipulando su teléfono móvil.
La trilogía es una representación de la realidad misma. Por una parte, los vendedores, ansiosos de incrementar ventas y ganar más.
En el otro, aquellos que prácticamente ha satisfecho sus aspiraciones. No requieren en absoluto, porque ya lo tienen todo.
Queda el sector más desfavorecido, conformado por un gran número de personas, que necesitando mucho, no puede adquirir nada, porque carecen de dinero.
Generalmente, alrededor de esos tres marcados segmentos económicos se desenvuelve la población mundial…
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