Más presencia de los policías en las calles, es el clamor de la ciudadanía a la nueva ministra del Interior...
El fin de semana nos sorprende con un nuevo relevo en el gabinete ministerial.
Ante la inminente renuncia del anterior jefe de cartera y obedeciendo la propuesta del premier, se escogió a Mercedes Cabanillas como ministra del Interior.
Cuestionado en varias oportunidades, especialmente por la muerte de policías por acción de narco-terroristas e invasores de terrenos, el cambio era cuestión de días.
Por eso, no dejan de sorprender las palabras del presidente al manifestar que cumplió un “excelente trabajo de investigación criminal y lucha contra el narcotráfico”.
Y en torno a la ministra ingresante que “fortalecerá políticamente el gabinete” y que tiene “conocimiento por haber trabajado en comisiones del congreso de defensa y orden interno”.
Al respecto, debemos lamentar que el primer mandatario sólo se preocupe por la presencia de una militante de su agrupación para reforzar su equipo partidario.
En realidad, lo que se necesita es que, quien ocupe el cargo, se desempeñe en función del interés nacional. Esa es la única aspiración de las mayorías.
Sobre la segunda parte de sus palabras, es oportuno recalcar que resulta muy diferente trabajar en grupos de defensa del orden interno en el parlamento, al que le corresponderá a nivel del país.
Es conveniente tomar las expresiones del jefe de estado como una forma de darle ánimo a quien se inicia en algo nuevo o una cortesía propia de los políticos.
La renovación ministerial demuestra, una vez más que el partido de gobierno carece de cuadros y lo difícil que se le hace nombrar en la cartera del interior a un militar de cualquiera de las armas.
Ellos han estudiado y están preparados de manera especial, conocen los intrincados desplazamientos de la delincuencia y el tráfico de drogas, aparte de las estrategias y uso conveniente de las armas.
Al margen de esas reflexiones, habría que aprovechar el movimiento para plantear a la flamante ministra el clamor de la ciudadanía.
En primer lugar, que agote todos los recursos para reforzar la presencia de los policías en las calles de las ciudades del territorio nacional.
Se les encuentra, pero están cumpliendo labores de vigilancia en los bancos, centros comerciales y en lugares privados, menos donde deben estar.
Igualmente, exigir que los efectivos sean incorporados de inmediato al sistema de seguridad ciudadana creada por algunos municipios, como el de Trujillo.
Así mismo, que proponga al congreso la promulgación de severas sanciones contra los delincuentes reincidentes y endurecer las penas contra los asaltantes de carreteras que constituyen una amenaza permanente.
Por último, esperamos que la improvisación y la falta de experiencia, no afecten en lo más mínimo a la ministra del Interior para tranquilidad de la población peruana..
Ante la inminente renuncia del anterior jefe de cartera y obedeciendo la propuesta del premier, se escogió a Mercedes Cabanillas como ministra del Interior.
Cuestionado en varias oportunidades, especialmente por la muerte de policías por acción de narco-terroristas e invasores de terrenos, el cambio era cuestión de días.
Por eso, no dejan de sorprender las palabras del presidente al manifestar que cumplió un “excelente trabajo de investigación criminal y lucha contra el narcotráfico”.
Y en torno a la ministra ingresante que “fortalecerá políticamente el gabinete” y que tiene “conocimiento por haber trabajado en comisiones del congreso de defensa y orden interno”.
Al respecto, debemos lamentar que el primer mandatario sólo se preocupe por la presencia de una militante de su agrupación para reforzar su equipo partidario.
En realidad, lo que se necesita es que, quien ocupe el cargo, se desempeñe en función del interés nacional. Esa es la única aspiración de las mayorías.
Sobre la segunda parte de sus palabras, es oportuno recalcar que resulta muy diferente trabajar en grupos de defensa del orden interno en el parlamento, al que le corresponderá a nivel del país.
Es conveniente tomar las expresiones del jefe de estado como una forma de darle ánimo a quien se inicia en algo nuevo o una cortesía propia de los políticos.
La renovación ministerial demuestra, una vez más que el partido de gobierno carece de cuadros y lo difícil que se le hace nombrar en la cartera del interior a un militar de cualquiera de las armas.
Ellos han estudiado y están preparados de manera especial, conocen los intrincados desplazamientos de la delincuencia y el tráfico de drogas, aparte de las estrategias y uso conveniente de las armas.
Al margen de esas reflexiones, habría que aprovechar el movimiento para plantear a la flamante ministra el clamor de la ciudadanía.
En primer lugar, que agote todos los recursos para reforzar la presencia de los policías en las calles de las ciudades del territorio nacional.
Se les encuentra, pero están cumpliendo labores de vigilancia en los bancos, centros comerciales y en lugares privados, menos donde deben estar.
Igualmente, exigir que los efectivos sean incorporados de inmediato al sistema de seguridad ciudadana creada por algunos municipios, como el de Trujillo.
Así mismo, que proponga al congreso la promulgación de severas sanciones contra los delincuentes reincidentes y endurecer las penas contra los asaltantes de carreteras que constituyen una amenaza permanente.
Por último, esperamos que la improvisación y la falta de experiencia, no afecten en lo más mínimo a la ministra del Interior para tranquilidad de la población peruana..
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