martes, 24 de febrero de 2009

EGOÍSMO Y AMBICIÓN CONGRESAL...


El congreso está por aprobar una ley que permite a los legisladores obtener licencia para postular a los cargos públicos...
No existe en la historia política del Perú actual, personajes más egoístas y ambiciosos que los congresistas.

El concepto que la población tiene de ellos ya está definido y se comprueba en que nueve, de cada diez ciudadanos, no creen en el parlamento.

Su prestigio ha descendido en caída libre de manera espeluznante, pero eso no importa. Sólo les preocupa promulgar leyes que los favorezcan y les permitan ganar más dinero.

El excesivo y enfermizo amor que tienen en sí mismos les hace atender sólo sus propios intereses, sin preocuparse por los demás.

La muestra la tenemos, en la “ingeniosa” propuesta del presidente del congreso que plantea otorgar licencia indefinida a los legisladores que deseen postular a otro cargo mientras dure su ejercicio formal.

Están incluidos en ese grupo todos los congresistas que quieran candidatear en los procesos regionales y municipales del año entrante.

Sobre el particular, es necesario indicar que el artículo 95 de la constitución establece que: “el mandato legislativo es irrenunciable”.

Para superar el aparente problema, el presidente del congreso propone una ley de licencia indeterminada hasta el término de cinco años que dura la función legislativa.

En esa forma, los parlamentarios beneficiados quedan como cualquier ciudadano que postula a un cargo público y espera el respaldo de los electores.

Y, como no quieren perder su envidiable sueldo, en caso de no contar con el apoyo popular (que es lo más probable), concluyen la licencia y vuelven a su curul.

El proyecto de ley, que fue planteado por la bancada aprista, cuenta con la aprobación de la comisión de constitución.

Ahora se espera el visto bueno del pleno para consagrar otro de los frecuentes desatinos a los que nos tiene acostumbrados el parlamento peruano.

Lo que no deja de llamar la atención, es la rapidez con que proponen y son aprobadas las leyes cuando se trata del interés particular de los legisladores.

Esa actitud es una manera de ratificar la desconcertante tónica de uno de los más desprestigiados organismos del estado.

Por eso, la ciudadanía debe ir haciendo conciencia de la necesidad de reducir su número, pues la mayoría sólo cumple una función decorativa. No interviene para nada.

En caso de aprobarse esta controvertida ley, se espera que la colectividad demuestre su rechazo en los comicios, evitando que los congresistas logren ser alcaldes o presidentes regionales.

Una invocación final a los legisladores: Ustedes fueron elegidos para velar en beneficio de la colectividad. Dedíquense a ello.
Piensen menos en ustedes que tienen el futuro asegurado y mucho más en el pueblo que tanto necesita...

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