Es indispensable que la Policía Nacional recupere la confianza en la sociedad...
Dos sucesos ocurridos ayer motivaron una acción radical del ministerio de Interior contra efectivos de la Policía Nacional del Perú.
El primero sucedió cuando una pareja de agentes originó un triple choque en la avenida Javier Prado, con el saldo trágico de tres heridos.
Conducidos al puesto policial, donde se realizó el control del estado etílico, se comprobó que ambos superaban el índice mínimo establecido. Estaban ebrios.
Su irresponsabilidad, siendo los guardianes de la seguridad ciudadana, generó un serio pronunciamiento de la titular del sector.
Esa gente “descalifica el trabajo de la policía”, alcanzó a expresar con certeza la ministra, a menos de una semana de ascender al cargo.
De inmediato dispuso la separación, sin goce de haber, de los malos efectivos, al margen del proceso administrativo correspondiente.
También trató el tema de las cuatro policías femeninas que fueron grabadas desnudas en la cámara de un celular que fue robado.
Las imágenes fueron colgadas en el portal You tube y vistas en todo el mundo.
Al respecto, se dispuso la aplicación de una dura sanción a las responsables, incluyendo al personaje anónimo que filmó las escenas.
Como se puede comprobar, la ministra ha empezado su labor con mucha fuerza y está dispuesta a superar todas los problemas que se ciernen sobre la institución policial.
Sin embargo, sería oportuno que también se agudice la investigación en torno a la denuncia sobre la posible sustracción de gasolina de algunos patrulleros.
Igualmente, dentro del plan de reestructuración anunciado anteriormente, debe plantearse una ardua tarea de re-educación para dignificar al guardia.
Es indispensable la recuperación de la confianza de los efectivos policiales en el corazón de la ciudadanía.
Ambos deben marchar juntos, apoyándose uno en el otro en su lucha frontal contra la delincuencia y los malos conductores de vehículos, que constituyen una amenaza para la población.
Es tiempo de moralizar, de trabajar con honestidad y limpieza. El Perú entero y las nuevas generaciones lo verán de muy buen agrado...
El primero sucedió cuando una pareja de agentes originó un triple choque en la avenida Javier Prado, con el saldo trágico de tres heridos.
Conducidos al puesto policial, donde se realizó el control del estado etílico, se comprobó que ambos superaban el índice mínimo establecido. Estaban ebrios.
Su irresponsabilidad, siendo los guardianes de la seguridad ciudadana, generó un serio pronunciamiento de la titular del sector.
Esa gente “descalifica el trabajo de la policía”, alcanzó a expresar con certeza la ministra, a menos de una semana de ascender al cargo.
De inmediato dispuso la separación, sin goce de haber, de los malos efectivos, al margen del proceso administrativo correspondiente.
También trató el tema de las cuatro policías femeninas que fueron grabadas desnudas en la cámara de un celular que fue robado.
Las imágenes fueron colgadas en el portal You tube y vistas en todo el mundo.
Al respecto, se dispuso la aplicación de una dura sanción a las responsables, incluyendo al personaje anónimo que filmó las escenas.
Como se puede comprobar, la ministra ha empezado su labor con mucha fuerza y está dispuesta a superar todas los problemas que se ciernen sobre la institución policial.
Sin embargo, sería oportuno que también se agudice la investigación en torno a la denuncia sobre la posible sustracción de gasolina de algunos patrulleros.
Igualmente, dentro del plan de reestructuración anunciado anteriormente, debe plantearse una ardua tarea de re-educación para dignificar al guardia.
Es indispensable la recuperación de la confianza de los efectivos policiales en el corazón de la ciudadanía.
Ambos deben marchar juntos, apoyándose uno en el otro en su lucha frontal contra la delincuencia y los malos conductores de vehículos, que constituyen una amenaza para la población.
Es tiempo de moralizar, de trabajar con honestidad y limpieza. El Perú entero y las nuevas generaciones lo verán de muy buen agrado...
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