Pizarro es un astro en Europa. En la selección peruana jamás confirmó esa fama...
La noticia invadió las salas de redacción de los medios de comunicación de todas partes. Claudio Pizarro está considerado entre los cincuenta mejores delanteros del mundo.
Supera en la calificación a jugadores de renombre como Totti, Gilardino, Del Piero y Tévez, según la lista confeccionada por la revista alemana Sports Bild.
Se tuvo en cuenta para la evaluación de los más destacados jugadores el promedio de goles anotados y la cotización de sus respectivos pases.
El calificativo otorgado al ariete del Verden Bremen no nos llama la atención, ni nos alegra tanto como debería ser.
Resulta que en Europa, Pizarro completó hace un tiempo el centenar de anotaciones y esta temporada lleva quince o más.
Sin embargo, jugando por el combinado nacional numerosos partidos, sus goles no llegan a la decena.
Muy diferente al uruguayo Diego Forlán, quien también aparece en la nómina y ha convertido muchísimos tantos por su selección.
Es que Pizarro, quien está implicado en un escándalo de evasión tributaria en el Perú, jamás jugó por nosotros con el ímpetu que luce en los estadios de Europa.
Aquí, siempre fue el player displicente, poco animado a correr y esforzarse en la disputa del balón. Muy diferente a lo que hacen todos los jugadores del mundo cuando defienden la camiseta de su país.
Con la blanquirroja, hoy ubicada en el sótano de la clasificación al Mundial África 2010, nunca “se rompió”. Ni entregó todo de su parte.
Por lo menos, esa es la desteñida imagen que tenemos de su presencia cuando integró el representativo patrio.
Tal vez, sea la razón por lo que nos entusiasma en lo más mínimo la calificación asignada a su persona.
Y surge, más bien, inconscientemente, otorgarle el apelativo de “goleador a medias”. O, mejor “goleador sólo para Europa”.
Porque en Sudamérica, no figuró antes, ni ahora, en la nómina de anotadores de renombre.
Mala suerte para nosotros los peruanos, que tenemos la valla más batida y el menor número de goles convertidos en esta desastrosa eliminatoria.
¿De qué nos sirve un delantero que sólo convierte goles en el extranjero, pero no es su selección…?
Bien por Pizarro y su familia, si lo aclama la hinchada del Viejo Mundo, porque aquí, con el desinterés y la parsimonia que tiene para jugar, no lo extrañamos, ni nos satisfacen sus éxitos para nada…
La noticia invadió las salas de redacción de los medios de comunicación de todas partes. Claudio Pizarro está considerado entre los cincuenta mejores delanteros del mundo.
Supera en la calificación a jugadores de renombre como Totti, Gilardino, Del Piero y Tévez, según la lista confeccionada por la revista alemana Sports Bild.
Se tuvo en cuenta para la evaluación de los más destacados jugadores el promedio de goles anotados y la cotización de sus respectivos pases.
El calificativo otorgado al ariete del Verden Bremen no nos llama la atención, ni nos alegra tanto como debería ser.
Resulta que en Europa, Pizarro completó hace un tiempo el centenar de anotaciones y esta temporada lleva quince o más.
Sin embargo, jugando por el combinado nacional numerosos partidos, sus goles no llegan a la decena.
Muy diferente al uruguayo Diego Forlán, quien también aparece en la nómina y ha convertido muchísimos tantos por su selección.
Es que Pizarro, quien está implicado en un escándalo de evasión tributaria en el Perú, jamás jugó por nosotros con el ímpetu que luce en los estadios de Europa.
Aquí, siempre fue el player displicente, poco animado a correr y esforzarse en la disputa del balón. Muy diferente a lo que hacen todos los jugadores del mundo cuando defienden la camiseta de su país.
Con la blanquirroja, hoy ubicada en el sótano de la clasificación al Mundial África 2010, nunca “se rompió”. Ni entregó todo de su parte.
Por lo menos, esa es la desteñida imagen que tenemos de su presencia cuando integró el representativo patrio.
Tal vez, sea la razón por lo que nos entusiasma en lo más mínimo la calificación asignada a su persona.
Y surge, más bien, inconscientemente, otorgarle el apelativo de “goleador a medias”. O, mejor “goleador sólo para Europa”.
Porque en Sudamérica, no figuró antes, ni ahora, en la nómina de anotadores de renombre.
Mala suerte para nosotros los peruanos, que tenemos la valla más batida y el menor número de goles convertidos en esta desastrosa eliminatoria.
¿De qué nos sirve un delantero que sólo convierte goles en el extranjero, pero no es su selección…?
Bien por Pizarro y su familia, si lo aclama la hinchada del Viejo Mundo, porque aquí, con el desinterés y la parsimonia que tiene para jugar, no lo extrañamos, ni nos satisfacen sus éxitos para nada…
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