martes, 23 de junio de 2009

¿CÓMO SE VE EL PROBLEMA AMAZÓNICO DESDE AFUERA...?


Mapa de los lotes con contratos para operaciones petroleras en el Perú. Incluye hasta el océano Pacífico...
(Servindi.org)









Después de los luctuosos sucesos de Bagua, Amazonas, que motivaron muertes inútiles y la derogatoria de dos decretos trágicos, es interesante conocer la manera cómo analizan los sucesos nacionales los expertos desde el exterior.

La mayoría, por no decir todos, los críticos coincide con el diario El Mundo de España, verdadero líder de opinión de la península ibérica.

En un detallado artículo titulado “Perros del hortelano muerden a Alan García”, publicado el 11 de junio último, se remonta al 2007 cuando el Presidente peruano escribió un documento en un periódico capitalino.

“El primer recurso es la Amazonía. Tiene sesenta y tres millones de hectáreas y lluvias torrenciales”, menciona en uno de sus párrafos, anota el influyente rotativo madrileño, añadiendo que esa extensa y fructífera zona representa el sesenta por ciento del territorio nacional.

Agrega que la política contra los “perros del hortelano” se materializa el 19 de diciembre del 2007 cuando el Congreso autoriza al ejecutivo legislar normas específicas para acelerar la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Es ahí donde nacen los once decretos que generaron el entredicho: Los indígenas consideraron que eran perjudiciales para sus intereses, pues promovían la venta de la Amazonía.

Sus reclamos no fueron escuchados y la protesta contra las leyes produjo la mayor lucha civil de la historia reciente del Perú.

Al efectuar el estudio minucioso del problema suscitado, El Mundo hace mención a la ONG “Save Americas Forest”, Salvemos los bosques de América, que desarrolla investigaciones en territorio peruano.

Dicho organismo establece que “el setenta y dos por ciento de la Amazonía peruana está cedida en forma de concesiones para la exploración y explotación de hidrocarburos”.

Explica que “del 2006 al 2009, período de gobierno de Alan García, el número de hectáreas cedidas ha pasado del quince por ciento a setenta y dos por ciento”.

Complementa con declaraciones de Marcelino Juwan, poblador aguajun, quien dice: “Nosotros producimos, pero creemos que producir no significa destruir nuestros bosques”.

Por su parte Zevelio Kayak, dirigente de la organización indígena de la misma comunidad expresa: “Para el gobierno, el territorio es riqueza, pero para nosotros, que comemos los animales del monte, bebemos el agua de los ríos, es nuestra vida”.

Patético testimonio de quienes no sólo se esfuerzan por defender su territorio natural, sino su propia existencia.

Ahora, zanjado el problema, sólo queda recuperar a los habitantes de las zonas olvidadas por los entes gubernamentales.

Y que las concesiones respeten el hábitat, los recursos naturales y la vigencia de los grupos tribales. No más conflictos…

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