viernes, 6 de noviembre de 2009

PANAMERICANOS: ¡TORONTO NO ES IGUAL A LIMA…!


Perfil de Toronto,Canadá, que ganó la sede de los Juegos del 2015. Lima debe mejorar mucho para organizar un evento similar en el futuro...



Todo el entusiasmo de la delegación peruana que aspiraba a que Lima sea la sede de los Juegos Panamericanos del 2015, cayó por los suelos al preferirse a Toronto.

La ciudad canadiense obtuvo la mayoría de votos por un amplísimo margen en la asamblea de la Organización Deportiva Panamericana.

En esta forma, Canadá organizará por tercera vez la más trascendente justa deportiva de América, pues en 1967 y 1999 se realizó en Winnipeg.

En su fundamentación, buscando que nuestra capital sea la escogida, el Presidente peruano destacó la importancia del espíritu deportivo sobre el económico. Pero, no sirvió de nada.

Toronto es una ciudad futurista, capital de la provincia de Ontario, ubicada a la orilla noroeste del lago del mismo nombre.

Destaca además por ser la urbe más grande de Canadá y fundamental centro financiero del país.

Todo lo contrario a la propuesta nacional, pues debemos reconocer que Lima se caracteriza por su inseguridad, el caos vehicular y la violencia. Figura que se repite en provincias.

A la extrema antigüedad de los vehículos del transporte público, se añade un servicio de taxis en el que los conductores cobran lo que se les antoja por no disponer de taxímetros.

Y, en el aspecto deportivo, carecemos de la infraestructura necesaria y para colmo de males, hace tiempo que no destacamos en ninguna disciplina.

Tampoco existe una efectiva política de promoción y apoyo del estado a los deportistas que destacan desde los primeros años, como ocurre en los países desarrollados.

Para muestra un botón. En la actualidad, somos los últimos en la tabla de posiciones del fútbol sudamericano.

La celebración de un acontecimiento internacional de ese calibre exige ofrecer a los visitantes todas las garantías de seguridad necesarias.

Fatalmente, las benignas y permisivas leyes peruanas ni siquiera sirven para preservar la integridad de los connacionales, mucho menos será extenderla a los ciudadanos extranjeros.

Son aspectos convergentes que debieron tenerse en cuenta antes de pretender convertirnos en el centro de esa competencia entre países americanos.

Agotemos todos los medios y recursos para superar estos problemas de la mejor manera posible. “Organicemos y limpiemos nuestra casa”, como lo dijimos en una nota sobre el mismo tema editada el 25 de agosto pasado.

Cuando consideremos que tenemos todo en orden, hagamos de cordiales anfitriones para que quienes nos visiten se lleven la mejor impresión del Perú.

Recién entonces podremos embarcarnos en realizar eventos cosmopolitas que convoquen el arribo de miles de turistas y que, al final, se vayan satisfechos de haber estado en esta tierra…

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