domingo, 7 de noviembre de 2010

EL GRAN DILEMA: ¿CELIBATO O MATRIMONIO...?


El dilema sobre la castidad y el celibato de los miembros del clero se presenta desde hace siglos...



”Por mi voto de castidad no sólo renuncio al

estado de matrimonio, sino que consagro a Dios

el uso de mis actos interiores y exteriores…”

(Madre Teresa de Calcuta)


Un suceso ocurrido en Trujillo acaba de remecer la conciencia de los creyentes y dar la vuelta al mundo en unas cuantas horas.


Se trata de la difusión de un video que revelaba las relaciones íntimas entre un sacerdote y una mujer casada.


Según las primeras investigaciones, el religioso fue extorsionado por el esposo y al no acceder a su solicitud, decidió mostrar la prueba a los medios de comunicación después de dos meses.


El caso, que se ha presentado con similares características en otras partes del mundo, vuelve a poner en tela de juicio el dilema en torno a si los sacerdotes deben permanecer célibes o casarse.


Las referencias históricas registran que el celibato es un consejo evangélico experimentado y dejado por Jesucristo.


Cuentan que cierto día, Jesús dialogando con sus seguidores abordó el tema del matrimonio y el divorcio, mostrando su desacuerdo con éste último.


Fue entonces que sus propios condiscípulos concluyeron que “lo mejor era no casarse”.


Más tarde, los sacerdotes decidieron por, voluntad propia, adoptar el celibato como el mejor tesoro de la vida espiritual y pastoral de la iglesia.


Con el transcurrir del tiempo se comprobó que cumplir con ese elevado compromiso de castidad y entrega al ministerio, es un verdadero sacrificio.


Hubo miembros del clero que no pudieron sustraerse a las debilidades, tentaciones y extravíos de la naturaleza humana y rompieron ese voto sagrado.


Ese comportamiento dio lugar a que los medios dedicaran páginas, tiempo y espacio para difundir detalles escabrosos que concluyen en estimular el morbo y originar sonrisas y burlas en las masas.


Tal circunstancia termina por erosionar la fe de los creyentes bien intencionados, algunos de los cuales deciden defender a los religiosos a pesar de la falta cometida.


Sin embargo, es conveniente reconocer que frente a situaciones similares que adquieren inusitada difusión y protagonizadas por unos pocos, se deja de mencionar a la gran mayoría de religiosos que cumplen los votos con silenciosa alegría y discreta resignación.


Después de todo, el tema nunca dejará de ser controversial.


Por ahora, se mantiene en plena vigencia la interrogante planteada sobre los sacerdotes en un comienzo.


¿Qué es lo más conveniente…? ¿El celibato o el matrimonio…?


Cada uno de nosotros tiene su propia y particular repuesta…

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