domingo, 24 de julio de 2011

¡ANTES LOS GRITABA, AHORA LLORO…!

Los goles de Perú no sólo nos hacen gritar, sino llorar..


Quiero describirles esa profunda emoción que se siente en el instante supremo que el equipo peruano de fútbol convierte un gol.

Esa sensación de perder el aliento cuando, a base de pases y combinaciones, un jugador nacional enrumba hacia el arco adversario, ingresa al área y dispara.

El balón, hábilmente dirigido a un costado, muy lejos del alcance del arquero, infla las redes y, desde lo más profundo, explota la exclamación: ¡Gol…! ¡Gol…! ¡Gol peruano…!

La súbita imprecación nos hace saltar del asiento con los puños cerrados y los brazos abiertos. Buscando abrazar a quien se encuentre más cerca de nosotros.

Allí no queda todo. Seguimos lanzando al aire la voz: ¡Gol…! ¡Gol peruano…! Y, en ocasiones, la aderezamos con alguna perdonable lisura.

Estos indescriptibles instantes los repetimos cuatro veces el último sábado, en el contundente triunfo de Perú sobre Venezuela.

Primero, una escapada burlando la defensa llanera. La combinación de Chiroque con Guerrero, éste evade a un rival y se la devuelve limpia para que anote. ¡Gol…! ¡Gol peruano…!

Luego, Paolo la recibe con el pecho y, como es su costumbre, la coloca a medio metro delante de sus pies, avanza raudo patea y ¡Gol peruano…!

Falta poco para el final. La vinotinto arremete con todo. Busca el empate. Son cinco minutos de infarto.

Nos invade el nerviosismo. Pueden empatar. Pero los muchachos siguen corriendo. Dando todo de sí. Agotando el último esfuerzo.

Una nueva bola para Guerrero. Qué manera de esconderla entre los pies. Vuelve a driblear a un back, da unos pasos y ¡Gol...! ¡Gol…!

Con tres anotaciones ya logramos el tercer lugar de la Copa América Sin embargo, los muchachos creen que no son suficientes y vuelven al ataque.

Advíncula recibe una pelota por la derecha corre perseguido por un rival. Frena, levanta la mirada y se la cede a Guerrero que no perdona y ¡Gol...! ¡Gol peruano…!

Perú cuatro, Venezuela uno. Somos los terceros de la Copa América.

Ahora les hago una confesión. Antes de iniciarse este certamen gritaba cada anotación peruana a todo pulmón.

Los goles de Guerrero, Vargas, Lobatón y Chiroque me enseñaron una nueva e irresistible forma de celebrar.

Ya no es sólo un clamor. Hoy, me hacen llorar… ¡Pero, de alegría…

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