miércoles, 17 de agosto de 2011

¡LAS PENURIAS DEL TRANSPORTE PÚBLICO…!

Las combis ya forman parte de la historia triste del transporte público en Trujillo...


Cuando en el futuro se escriba la historia del transporte público en Trujillo, las combis, micros y colectivos ocuparán un lugar preferencial.

Ello obedece a la prolongada vigencia que tienen y la forma temeraria y peligrosa como trasladan a los pasajeros, lo que ha ocasionado numerosos accidentes.

Entre diversos aspectos negativos, se anotará que fueron los vehículos más antiguos que circularon alguna vez en la llamada Ciudad de la Eterna Primavera.

Uno de estos días que no deseaba caminar, me propuse subir a una combi, luego que perdiera otras debido a que, aunque estaban vacías, no recogían usuarios porque debían marcar la tarjeta.

Luego se detuvo una de ellas estacionándose a varios metros de la vereda, así que tuve que bajar a la calzada y dar varios pasos para ascender.

En el instante que el cobrador abrió la puerta corrediza. De súbito, ante la sorpresa de todos, ésta se salió de su engranaje y cayó al suelo.

Ante la emergencia, bajó el piloto y con su acompañante hacían esfuerzos para colocar el aparato en su carril, mientras los coches ubicados atrás no cesaban de sonar sus bocinas y sirenas armando un alboroto infernal.

Después de varios minutos de intentos y espera, lograron su cometido. Para evitar posteriores desperfectos, la aseguraron con una soguilla.

Es que casi el cien por ciento de las combis que circulan en nuestra ciudad son de segunda mano. Hace veinte o más años fueron dados de baja en los países donde se fabricaron, pero se aceptaron en el Perú.

Aquí les cambiaron el timón y sellaron la puerta lateral de acceso de la derecha. Por esa razón, se explican las fallas y desperfectos que se producen.

Pero eso no es todo. Originalmente, estuvieron diseñadas para trasladar ocho o diez personas.

No obstante, se desarmó su estructura para introducir pequeños asientos reduciendo los espacios de circulación interior. Ahora, entre sentados y parados ingresan más de veinte.

Y allí están ofreciendo el servicio con un motor reparado que cuando funciona hace crujir fierros, latas y lunas.

Ese es el transporte que la colectividad utiliza todos los días para acudir al trabajo, ir al mercado o al centro de estudios.

Sin embargo, ese panorama puede transformarse. La solución está en manos de las empresas de transportes y los entes rectores.

Con un poco de interés, pensando en el bienestar de las mayorías, coordinaciones a distinto nivel y mucha decisión, es posible cambiar.

Pero, empecemos ya. Hace tiempo que Trujillo y su gente merecen un servicio de transporte público eficaz, seguro y confortable…

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