domingo, 30 de octubre de 2011

¡VIVIMOS HIPERCONECTADOS Y EN UN MUNDO DE SUPERCOMPETENCIA...!

El mundo de cambios obliga a capacitarse para tener éxito, sostiene el profesor Víctor Alarcón...

El mundo actual vive hiperconectado y en un ambiente empresarial de supercompetencia, sostuvo el profesor del CENTRUM de la Universidad Católica Víctor Alarcón al exponer el tema el Gerente del Siglo XXI, Oportunidades en tiempo de cambios,  ofrecendo cursos de maestría a nivel mundial.

Agregó que el adelanto tecnológico nos tiene pendientes del celular y los correos electrónicos, “entramos a internet y aún no salimos”, parafraseó.

Manifestó que del mismo modo la economía está globalizada, lo que se manifiesta cuando estamos pendientes de los problemas financieros que afronta Europa y el resto del planeta.

Explicó que la dislocación de las plantas industriales y la concentración de las multinacionales nos motivan ser más competitivos

Respecto a los nuevos retos que debemos enfrentar mencionó que esa competencia está basada en el tiempo y que los productos se caracterizan por tener una vida corta.

Todos estos factores obligan al empresario moderno a trabajar sobre la base del 24 x 7 que consiste en laborar las veinticuatro horas del día los siete días de la semana.

Sobre el particular, Alarcón sostuvo que experimentamos un permanente cambio. A propósito, recordó la famosa frase del filósofo griego Sócrates: “Lo único constante es el cambio...”

Como anécdota evocó que en los años setenta pocos tenían televisión y que para ver la novela se reunía un grupo de vecinos, mientras que ahora tratamos de tener un aparato en cada habitación.

Hizo hincapié que al nivel gerencial es fácil ser jefe, pero muy difícil ser líder y que actualmente abunda la información, pero debe ser convertida en conocimiento a través de la capacitación y actualización contínua.

Luego enumeró ciertas actitudes que en ocasiones ofrecen resistencia a los cambios, pero que deben ser superados para poder avanzar.

Finalmente, afirmó que el esfuerzo se demuestra con resultados y que mediante la legitimidad un ejecutivo debe ser coherente con sus principios, es decir, predicar con el ejemplo.

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