lunes, 11 de junio de 2012

¡LOS PRODUCTOS SE ACHICAN Y SON MÁS CAROS…!

Evolución, a través del tiempo, del tamaño de los jaboncillos. A la izquierda, el de 150 gramos, que hoy casi no existe, sigue el de 125 y el de 90, a la derecha...


¿Se han dado cuenta…? Claro. De un tiempo a esta parte diversos artículos de consumo diario son más caros. Sin embargo, el tamaño se ha reducido.

Acudan a cualquier centro comercial y observen en la etiqueta su cantidad registrada en gramos.

Aunque a simple vista se aprecia que los mismos productos eran mucho más grandes hace unos años, ahora el precio es mayor.

La explicación es simple. El mecanismo es utilizado por los fabricantes para disminuir en el público consumidor el impacto del aumento de los precios.

Técnicamente, esta estrategia comercial es conocida como “downsizing”, aunque es un término que nació vinculado a la disminución de personal en una empresa.

Lo cierto es que cualquiera puede verificar el cambio en la dimensión de las bebidas, los productos enlatados o en caja, los artículos de aseo personal o limpieza y similares.

Hasta puede darse el caso que el envase sea el mismo. No obstante, el artículo es mucho más pequeño.

Por ejemplo, la caja del dentífrico de una determinada marca conserva su tamaño, pero el tubo pasó de contener cien gramos a noventa.

Lo mismo ocurre con los jabones de aseo personal que hoy se encuentran en cualquier estante de una tienda con ciento veinticinco o noventa gramos de peso.

A pesar que su valor es equivalente al de ciento cincuenta gramos que se vendía hasta hace tres años y ahora no existe.

Si usted es observador, mire las etiquetas de las botellas de aceite de cocina. Varios de los envases ya no contienen un litro, sino novecientos cincuenta o novecientos mililitros.

Ocurre lo mismo con el arroz corriente o integral embolsado que tiene un peso de cien gramos menos o solo tres cuartos.

Fatalmente, así se mueve el mundo de la industria y los negocios. Sobre la base del principio “artículo pequeño, igual o mayor precio”.

Al menos, es esa la orientación comercial de los últimos años. Una tendencia creada por los productores en la que ellos siempre ganan y nosotros, los consumidores, salimos perdiendo…

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