Sport Boys, que está a punto de perder la categoría, no ha podido ser vencido en tres partidos por Vallejo...
Sentimientos encontrados experimentó la afición trujillana con el resultado de los dos partidos que jugaron los representativos locales el fin de semana.
La tristeza provino por la impotencia de la Universidad César Vallejo para vencer a lo que constituye este año su “bestia rosada”: el Sport Boys.
Jugando en el Miguel Grau del Callao, después de perder la ocasión de anotar en el primer y parte del segundo tiempo, logró la diferencia.
El triunfo se avizoraba hasta que, ahí no más, llegó la inocente expulsión de Cueva quien, siendo aún joven, debe aprender la lección.
Tal situación obligó a modificar en forma súbita el esquema de juego de los “poetas” y fue un impulso anímico para los porteños.
Arremetieron con todo hacia la valla de Hermoza que se constituyó en el mejor jugador del encuentro.
Consiguieron la igualdad. No conformes con eso, continuaron atacando y convirtieron un segundo gol, felizmente anulado por supuesta posición adelantada.
Es decir, que lo que se insinuaba como una victoria tranquila, pudo convertirse en una derrota.
Este empate mortifica, porque el Real Garcilaso, el actual puntero, perdió ante el Aurich y si la Vallejo se imponía, quedaba solo en la punta.
Miren como se van quedando las cifras en el camino. Las mismas que después cobran la factura y hasta pueden impedir la oportunidad de disputar el título.
Sin embargo, la alegría la dio el Carlos Mannucci que, al imponerse por dos a cero al Universitario UPAO, se clasificó a la final de la etapa departamental zona costa de la Copa Perú.
Ahora tiene que enfrentar al Juventud Bellavista, el otro clasificado, para definir al campeón de esta llave.
Melancolía que invita a reflexionar y jolgorio, símbolo de esperanza, que se conjuncionan entre si como manifestación de esas cosas apasionantes que tiene el fútbol…
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