Paolo Guerrero. No le darán los Laureles Deportivos, pero hace mucho que se ganó el corazón de los peruanos que vale mucho más...
Una vez más, Paolo Guerrero es noticia. A comienzos de semana surgió una fuerte corriente popular solicitando se le entregue los Laureles Deportivos.
Se trata de la mayor distinción que otorga el Instituto Peruano del Deporte al deportista más destacado del país. Y, en el presente año, el futbolista se convirtió lejos en el más distinguido.
Fue quien más goles anotó por la selección peruana en los partidos eliminatorios por el Mundial Brasil 2014.
Además, en cada partido mostró un extraordinario despliegue de energías, confianza, valor y ansias de triunfo.
Su coraje y espíritu de lucha lo ubicó encima, por varios cuerpos, de los demás integrantes de la bicolor.
Guerrero jugaba con éxito por el Hamburgo de Alemania. Pero, a mitad de año decidió emigrar a Brasil. Lo contrató el famoso Corinthians.
El cuadro carioca tenía el reto de disputar el Mundial de Clubes en Japón y Paolo dirigió su atención en ese evento de trascendencia internacional.
Concentrado en jugar, intervino en las semifinales y la propia final. Su escuadra ganó uno a cero en cada match con goles suyos, dándole el título a los cariocas.
En el momento máximo del éxito, tuvo el orgullo de exhibir el emblema nacional y el nombre de nuestra Patria al mundo entero.
Recibió elogios de todos los confines, al extremo que su inicial cotización de seis millones de euros supera ahora los cuarenta millones. Es ídolo en Brasil, potencia futbolística mundial.
Ahí no queda todo. Dos días antes de la Navidad, se paseó por varios centros poblados pobres de la capital repartiendo pelotas de fútbol y juguetes a niños y jóvenes.
Demostró que, no obstante la fama lograda, sigue queriendo a su gente, incentivando el deporte en las nuevas generaciones.
Su calidad humana, sencillez y humildad lo ha convertido n el deportista más querido del Perú actual. Por eso la afición pidió que se le entreguen los Laureles Deportivos.
Y, cuando todo hacía pensar que se le entregarían, el Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores del Deporte, dictaminó que Guerrero no calificaba para tal honor.
La decisión del IPD no llama la atención. Lamentablemente, es el reflejo de lo que siempre se dice: “El enemigo de un peruano, es otro peruano…”
Sin embargo, no importa Paolo. No interesan los laureles. Hace mucho tiempo que tú te ganaste el corazón de todos los peruanos y eso vale mucho. ¡Mucho más…!
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