Un grupo de congresistas peruanos que cada vez se alejan más de la ciudadanía por impopulares decisiones para aumentar sus remuneraciones... (El Comercio).
Alguien llevó la propuesta que significaba un aumento a lo que perciben cada mes y, como se trataba de ganar más, hubo consenso. Todos la aceptaron.
Estuvo unos días en evaluación y la prensa la dio a conocer a la colectividad.
El rechazo fue unánime. Ningún ciudadano estuvo de acuerdo en incrementar en cien por ciento la denominada Asignación por función congresal.
Pero, la opinión de quienes les dieron la oportunidad de sentarse en una curul no tuvo valor para ellos. Se burlaron de los electores.
No hubo delicadeza o vergüenza para pensar que el pueblo los eligió y debía respetarse su razonable criterio.
Para los congresistas solo importaba el dinero que iba a repletar sus bolsillos. En conclusión han demostrado que solo para eso se aspira al cargo.
Hace dos días, yendo contra los cuestionamientos y la oposición generalizada, aprobaron su jugoso aumento.
Ciento treinta legisladores se impusieron a treinta millones de peruanos. Incluyendo al Presidente quien sabe que, por ley, ningún funcionario debe ganar encima del mandatario que percibe dieciséis mil soles.
A partir del nuevo año que empieza en unos días, cada congresista ganará 16,600 soles como sueldo y 15,234.40 como asignación por función congresal.
Y como ellos toman decisiones de acuerdo a sus propios intereses, han acordado por mayoría plena no rendir cuentas a nadie.
Es bueno dejar constancia que esta exigencia se aplica en todas las entidades públicas y es una manera de saber cómo y en qué se gastó.
Sobre el particular es necesario buscar algún mecanismo para detener de plano esta clase de arbitrarios acuerdos.
El ejecutivo debe dictaminar dispositivos de regulación financiera al Congreso sabiendo que cuenta con el total respaldo de la ciudadanía.
Resulta inaceptable que el Parlamento, cuyo nivel de deficiencia es alarmante, se convierta en un tirano que actúa a espaldas del interés nacional
Eso queda demostrado en las ridículas justificaciones que dan cuando se les pregunta sobre el destino que darán al dinero adicional que recibirán.
Lo cierto es que los congresistas son los peruanos más felices en estos momentos.
Bien por ellos. Sin embargo deben tener presente que esta clase de actitudes terminan por alejarlos cada vez más del pueblo…
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