domingo, 8 de septiembre de 2013

FARFÁN: ¡NOSOTROS LLORAMOS CONTIGO…!



Farfán tirado de espaldas en inconsolable llanto. Quienes gustan del fútbol y son hinchas de Perú, lloraron con él...

Aunque nos ha dado muy  pocas satisfacciones a nivel internacional, debemos aceptar que el Perú es un país futbolero.
             
Por eso la derrota del viernes ante Uruguay, que nos dejó al borde  del desfiladero en la lucha al Mundial Brasil 2014, dolió en el alma.
             
Es que era el partido decisivo. Del descarte. Una victoria permitía seguir en competencia. Mantener el sueño.
             
Lo contrario. La derrota, diluiría toda pretensión.
             
Y lo que es peor. Traería por los suelos una idílica  ilusión. Aquella que está pendiente desde hace treintaidós años.
             
Ocurrió lo que nadie deseaba y, según los especialistas de las cifras, solo un milagro podría llevarnos a la tierra de la samba.
            
Así se explica que Jefferson Farfán, el jugador más parejo de la bicolor, cayera al gramado de espaldas prorrumpiendo en inconsolable llanto, al escuchar el silbato que selló la tragedia.
            
El goleador del equipo. El fornido embetunado  de la ofensiva nacional, no tuvo la fuerza suficiente para salir caminando de inmediato del campo.
             
Como sucede a veces, cuando el sentimiento te domina, fue vencido por las lágrimas que brotaron de sus ojos de mirada felina y certera.
             
Los propios rivales acudieron tras él. Lo ayudaron a reincorporarse. Llegaron luego sus compañeros.
             
Pero, no fue suficiente para contenerse. Preso de la impotencia. Siguió llorando hasta los camerinos. Cubriéndose el rostro con su camiseta número 10.
             
No solo por el adversario, que gozaba a unos pasos con la victoria, sino por lo que le espera a la rojiblanca en lo que resta de las eliminatorias.
             
Apenas tres duelos. Dos de visita ante Venezuela que también aspira y Argentina, que se hace más poderosa de lo realmente es, jugando en su casa.
             
Cierra Bolivia. Que va a complicar para evitar quedar en el fondo.
             
Ante este incierto, oscuro e ineludible futuro, las lágrimas se convierten en el primer y único desfogue al alcance.
             
Mucho más si “Jeffry” es consciente que no estará el martes para asediar la valla vinotinta.
             
Confieso que el llanto de la “Foquita” terminó por contagiarnos. Tal vez, ocurrió lo mismo con los verdaderos hinchas.
            
Negro bendito. Cuando te vimos llorando como un niño, imaginamos que pensabas en tu frustración y la de tus compañeros.
             
Es bueno que lo sepas. También es la nuestra. ¡Farfán,  nosotros lloramos contigo…!

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