domingo, 13 de octubre de 2013

PANAMERICANOS, MUY BIEN: ¿Y LA INSEGURIDAD…?



Sugestiva imagen que alude a Lima como sede de los Juegos Panamericanos 2019. Primero hay que garantizar la seguridad de los ilustres visitantes...

En una histórica reunión, celebrada en Toronto, Canadá,  Lima fue elegida como sede de los próximos Juegos Panamericanos del 2019.
             
La decisión cumbre mereció la aceptación y el  beneplácito general y fue festejada con algarabía por la ciudadanía.
            
Con ese motivo, la capital peruana albergará a más de seis mil deportistas procedentes de cuarentaiún países que competirán en cuarenta disciplinas.
            
Incluso ya se adelantó que, en tal virtud, Lima “se reinventará al estilo de Barcelona”, España (?).
            
No faltó quien pidió dejar de lado la coyuntura política para organizar ”los mejores Panamericanos de la historia”.
           
O el que anunció que el deporte servirá para “unir a los peruanos”.
             
Bueno. El entusiasmo genera este tipo de declaraciones, aunque anhelamos de verdad que sean como se anuncian.
             
Sin embargo, es conveniente puntualizar que promover eventos de esta categoría significa mucho más de lo previsto.
             
Para empezar. Exige una gigantesca inversión en infraestructura. Construir solo la Villa Panamericana demandará más de setecientos millones de dólares.
           
 Aparte de lo que se gastará en mejorar el transporte público y ordenar la ciudad para hacerla más presentable y atractiva. Con nuevo rostro.
             
¿Y la inseguridad ciudadana que  se vive en Lima y todo el país desde hace algún tiempo…?
             
Es el aspecto más oscuro que tendrá que combatirse con energía desde ahora mismo para evitar hacer un papelón continental durante la competencia.
           
 La situación se complica con la posible aprobación de una ley, divulgada el mismo día que Lima ganó los juegos,  que reconoce los beneficios penitenciarios a miles de presos que saldrían de las rejas pronto.
             
Comprendemos el jolgorio que origina la organización de los Panamericanos y nos aunamos a los festejos. Es un orgullo nacional.
           
Pero, es imprescindible empezar a ejecutar acciones pertinentes para que la presencia de los directivos, técnicos, deportistas, sus familiares y visitantes sea lo más agradable y placentera.
             
Organizar un certamen de esta envergadura nos ubica automáticamente ante los ojos y la crítica del mundo entero.
           
Aprovechémoslo para brindar la mejor imagen del Perú que es reconocido por sus monumentos arqueológicos, apetitosa gastronomía, paradisiacos paisajes y hospitalidad de su gente.
             
Un trabajo conjunto e inflexible del gobierno, el congreso, poder Judicial, ministerio Público, la policía y el INPE debe ser la garantía para lograr el éxito del trascendental evento…

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