jueves, 26 de junio de 2014

¡CHICLÍN, GARCILASO Y EL SEÑOR DE LA CAÑA…!



Plana docente del colegio nacional Inca Garcilaso de la Vega de Chiclín en 1969...

A poco más de media hora al norte de Trujillo. En el costado izquierdo de la Panamericana, está ubicado el cálido pueblo de Chiclín.
             
Surgió como una hacienda. Después fue cooperativa. El 1966 se creó el ahora emblemático colegio nacional Inca Garcilaso de la Vega.
             
Al año siguiente, apenas nos despedimos de las aulas de la Universidad  Nacional  de Trujillo, la labor docente nos condujo a esta acogedora población.
             
José del Carmen Jiménez Briones era el director.  Serio, enérgico e inflexible, como los maestros de antaño.
             
Razones de trabajo motivaron que nos dejara y llegó Manuel Becerra Santa Cruz, quien siguió el camino emprendido por su antecesor.
            
Nuestra labor pedagógica se cumplía mañana y tarde. La plana docente y administrativa almorzaba en la casa de la señora Palma. Tenía tal sazón que terminábamos lamiéndonos los dedos..
             
Basta decir que allí tenían pensión los jugadores del Alfonso Ugarte en la época que fue indiscutible campeón de la Copa Perú.
            
Por las tardes, antes de regresar al plantel, recorríamos sus calles con nombres de ciudades y países. Así conocimos la plaza Cristo Rey, el teatro Patria y la extensa avenida Gran Vía.
            
También el museo arqueológico Larco Herrera, el parque de la locomotora a vapor,         la piscina sede de grandes actividades y el templo donde se venera al Señor de la Caña.
             
Existen varias versiones  sobre el origen del culto que se rinde en junio a esta milagrosa efigie. Una de ellas sostiene que fue hallada en un cuartel de caña que no pudo quemarse.
             
Hace treintaidós años fue instaurada como patrón del lugar y Salamanca. Se creó la hermandad y la conducción parroquial entregada a los padres Carmelitas de Chocope.
             
Desde entonces, la festividad se convirtió en una tradición con participación de toda la población y localidades cercanas.
            
Cientos de chiclinenses retornan desde distintos lugares para confundirse  en abrazos, brindis y diálogos interminables.
           
Con motivo de esta fiesta religiosa va el saludo a la hermandad que tiene entre sus dirigentes a Américo Peña Pérez e Isabel Carrascal Arancibia a lado de otros inolvidables ex alumnos del Inca Garcilaso de la Vega.
            
Igualmente,  a quienes con su trabajo honesto y permanente contribuyen a que Chiclín se enrumbe cada día por el anhelado camino del progreso…        

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