martes, 13 de enero de 2015

CESANTES Y JUBILADOS. ¡INFAME AUMENTO CON TRAMPA…!

 La consideración a los pensionistas es de miseria en el Perú...

“Aumentan a pensionistas”, “Suben 30 soles a jubilados”, fueron algunos de los titulares de los diarios capitalinos el último domingo.
             
De primera impresión, es una buena noticia. Aunque no alcanza a compensar los elevados costos de la inflación anual acumulada del 3.22 por ciento según el INEI.
            
La nota de prensa del ministerio de Economía señala que decenas de miles de pensionistas recibirán el incremento.
            
Añade que para ello es necesario tener más de sesentaicinco años y ganar menos de dos Unidades Impositivas Tributarias.
             
Es cierto, el dispositivo está dirigido a paliar con esa miseria las falencias económicas de ex trabajadores públicos cuyos sueldos son paupérrimos.
              
Consciente su crítica situación económica, a comienzos de siglo, el gobierno les asignó un beneficio denominado FONAHPU.
             
Consiste en un bono de poco más de trescientos soles que se les entrega dos veces al año.
             
Lo que la información ministerial no consigna es que, este “famoso aumento de treinta soles” lleva consigo una trampa.
             
Se lo explicamos. Como esa dádiva se repite todos los años en el mes de enero, llega  un momento que el pensionista alcanza los mil soles.
            
Es allí cuando, en forma automática y de acuerdo a ley, deja de percibir el FONAHPU. Les da unos cuantos soles y les quita una mayor cantidad.
            
Entonces, el cesante y jubilado bordeando los ochenta años, obligado a supervivir con ese mísero sueldo, queda desamparado.
             
Recordemos que la tercera edad es el momento más crítico y difícil en la vida del ser humano.
             
Durante esa etapa aparece no una sino una cadena de enfermedades que requieren ser atendidas en un país donde las prestaciones de salud, pese a que se descuentan,  hay que mendigarlas.
             
Esa es la clamorosa realidad del tan voceado “aumento de treinta soles a los pensionistas”.
              
Por su edad, ellos no están en capacidad de levantar su voz, mucho menos de salir a las calles a protestar. ¿Quién reclama por ellos…? Nadie.
             
El presidente, su esposa, los ministros, congresistas, nadie se acuerda de los cesantes y jubilados que dieron su vida en las labores estatales.
            
Pero si aparecen para firmar y ordenar la difusión de este traicionero aumento que es una muestra papable de la indiferencia de la sociedad en su conjunto.
             
Ojalá que un día elijamos gobernantes que, cuando hablen de inclusión social, se acuerden de los pensionistas y eliminen normas ridículas como este infame aumento con trampa…

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