viernes, 20 de marzo de 2015

LOS TURISTAS: ¡TAMBIÉN VEN NUESTRO LADO FEO…!

 El desorden vehicular en Lima, como en Trujillo, es para temer....

Por sus exquisitas bondades históricas, arqueológicas, monumentales y culinarias, el Perú es un destino turístico por excelencia.
             
Oleadas de extranjeros procedentes de distintas latitudes del mundo nos visitan en forma permanente por ese motivo.
           
 Al retornar a sus países de origen, ellos no solo se llevan el recuerdo de nuestra milenaria riqueza, sino también de las costumbres y forma de vivir.
             
Por ejemplo, un turista que se hizo amigo quedó sorprendido por la manera como sube y baja la gente en los vehículos de transporte público de Trujillo.
             
Igualmente, cuando desde un taxi observó cómo por la ventanilla de un micro salía una mano que arrojaba una cáscara de plátano a la vía pública.
            
Comportamientos retrógrados, imposibles de concebir en urbes de otras naciones, continúan vergonzosamente vigentes en nuestra patria.
             
Lo que para nosotros es común y corriente le llamó tanto la atención al español David Roas que publicó su libro “Bienvenidos a Incaland”, entendiéndose a Incaland como “tierra de los incas” o el Perú.
             
En su relato, el autor revela, con cierto humor pues no podría ser de otra manera, su fascinación por el caótico tránsito vehicular capitalino.
             
“Me habían advertido sobre el desquiciado  tráfico de Lima, pero lo que tengo ante mis ojos supera todo lo imaginado…”, anota.
             
No le queda otra cosa que divertirse al constatar como manejan los pilotos. Sin obedecer las reglas, metiéndose por zonas prohibidas y su escaso respeto a los peatones.
            
Al referirse a los carros viejos escribe: “En algunos casos habría que hablar mejor de zombificación, pues es evidente que el coche que tenemos delante acaba de escapar de la tumba…”
             
Observador empedernido, semeja el viaje del aeropuerto al hotel como un safari y se pregunta: ¿Es Lima el verdadero Triángulo de las Bermudas…?
             
Su interrogante se justifica por la forma como aparecen y desaparecen los vehículos en el intrincado tránsito limeño.
             
Sobre las combis, micros y buses refiere que cada uno de sus conductores se esmera en hacer lo peor.
             
Tampoco escapan de su mirada los cobradores con sus estruendosos gritos. “Schumacher en tres minutos estaría llorando…”  apunta.
             
Queda sorprendido que existan muchas calles y avenidas a oscuras, delincuentes por todas partes, mendigos y gente de mal vivir.
             
Ocurre lo mismo, al mirar que la mayoría de casas tienen ventanas selladas y están enrejadas con púas en la parte alta.
             
Una de los objetivos del turismo es conocer lugares atractivos, aprender y aumentar los conocimientos.  ¿Qué aprenderán los turistas aquí…?
             
Y, en cuanto a nuestra responsabilidad, ésta es  la lección que extraemos de todo esto:
            
“Si queremos de verdad al Perú y a la ciudad donde vivimos, contribuyamos a que ofrezca su mejor imagen a los turistas y a nosotros mismos…”
           

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