martes, 2 de junio de 2015

JUICIOS HISTÓRICOS: ¡UN GRAN DESAFÍO PARA LA JUSTICIA…!

La justicia peruana tiene un reto frente a cuatro juicios emblemáticos...

Preso, en el penal Piedras Gordas, se encuentra Martín Belaunde Lossio, quien fuera el hombre más buscado del Perú.
             
Gracias a la eficiencia de la policía boliviana fue detenido tras pocos días de estar en la clandestinidad al huir del arresto domiciliario que cumplía.
            
Al margen de los detalles de su captura, lo que interesa es aquello que viene más allá. De aquí en adelante. En la etapa que se inicia.
             
Primero tendrá que afrontar el proceso que se le sigue por los delitos de peculado, asociación ilícita para delinquir y lavado de activos en el caso “La Centralita”.
            
Luego, coordinando con la justicia de Bolivia, se ampliará la investigación por tráfico de influencias, patrocinio ilegal y colusión a través de la empresa Antalsis.
            
Igualmente, acerca de los mecanismos que utilizó para contactar con cerca de diez gobiernos regionales en la ejecución de obras millonarias.
            
A la situación judicial de Belaunde Lossio se añade el proceso de Rodolfo Orellana Rengifo, quien fue detenido en Colombia y ahora está tras las rejas
            
Contra él recaen cargos por asociación ilícita para delinquir, acoso a periodistas, vínculos con el narcotráfico, apropiación de terrenos ajenos y estafa.
            
Pero, eso no es todo. La justicia investiga desde hace meses al ex presidente regional de Ancash, César Álvarez, por supuesto homicidio, corrupción, malos manejos y “La Centralita”.
             
Y, finalmente, al ex alcalde de Chiclayo, Roberto Torres Gonzales, por delitos contra la administración pública y ser el supuesto cabecilla de una red delictiva.
            
Se trata de los cuatro más sonados casos de corrupción y tráfico de influencias de los últimos  tiempos en el país.
            
Los protagonistas no actuaron solos. Compartieron supuestas acciones delictivas con funcionarios, profesionales, ciudadanos y familiares. Varios de ellos están detenidos.
            
Ahora, que todo está en manos del poder Judicial y el ministerio Público la colectividad se plantea la gran interrogante.
             
¿Cuánto tiempo tardará cada proceso…? Porque, además de ser casos complejos, se añaden los retrasos por carga procesal, falta de personal y otros ingredientes más.
             
Por lo pronto el asunto de “La Centralita” ya superó el año y se avanzó muy poco. Camina a lentitud pavorosa.
             
La justicia del Altiplano nos acaba de dar una lección. En tres días condenó a una persona a tres años de prisión por favorecer la evasión de Martín Belaunde. Ya ven, cuando hay interés y ganas, todo se puede.
            
Los entes juridiciales tienen en estos procesos la excelente oportunidad de trabajar con idoneidad y transparencia para recuperar la confianza perdida en la población.
            
Recordemos que el poder Judicial alterna con el congreso los últimos peldaños de aprobación popular en las encuestas de opinión a nivel nacional.
             
Lo trascendente es que estos juicios constituyen un hito inédito en la historia nacional y, a la vez, un gran desafío para la justicia peruana…

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